Llegamos a
Angles el viernes por la tarde. Como íbamos bastantes pudimos reservar
una casa rural / masia para nosotros solos. La masia era antigua,
totalmente renovada. Una vez dejamos los equipajes nos dimos una vuelta
por el pueblo.El sábado por la mañana salimos ya montados en las bicis y después de
pasar por unos caminos al lado del río comenzamos la subida hacia la
Ermita de Sant Roc. El camino precioso y un poco trialero. Al llegar, la
vista justificaba el esfuerzo. La bajada por un sendero rodeado de
vegetación imposible de hacer sobre la bicicleta, difícil incluso
andando.
Pasamos por Sant Martí de Llemena.
Un buen almuerzo nos da fuerzas para continuar.
Después de un tramo de carretera en subida desde Vilaplana volvimos a
coger una pista que seguimos hasta la falda de la Ermita de Sant Juliá.
Hasta allí subimos por otra pista mas estrecha. Arriba además de la
ermita hay un cementerio. La bajada fue por un
sendero totalmente ciclable pero técnico.
Al llegar a la masia nos esperaban ya con todo preparado para la
comida que rematamos con un soberbio pastel que había preparado el
hermano de nuestro anfitrión Miquel Salvá.
Mientras nosotros pedaleábamos por la selva las acompañantes
visitaron la feria de las flores de Girona.